El mercado argentino operó en el primer día de diciembre completamente desconectado respecto de lo que pasó en el mundo. En el exterior, por cambios de políticas en Japón y en EE.UU., más problemas técnicos y de inversores apalancados, hubo bajas, con gran caída en criptomonedas y salto vertical para la onza de plata. Aquí todo estuvo muy tranquilo. Lo único que inquieta es que la inflación sigue presionando, ahora con tasas de interés negativas
