
Un extracto de alga proveniente del Atlántico Norte emerge como una herramienta clave para fortalecer el cultivo del algodón en el Cono Sur, combinando ganancias de rendimiento con un perfil ambiental más sostenible.
De las olas frías a los campos de algodón
La Ascophyllum nodosum, un alga parda que crece en las costas rocosas del Atlántico Norte, es la base de una tecnología que gana terreno en Argentina y Brasil. Sus compuestos bioactivos están siendo utilizados como bioestimulantes para mejorar la resiliencia y productividad del algodón, un cultivo de crucial importancia económica para la región.
«Es una tecnología natural que mejora el manejo y potencia la productividad», afirma Samir Filho, gerente de desarrollo de mercado de Acadian en Brasil, país que superó las 4 millones de toneladas en su última cosecha. En Argentina, con una superficie estimada en 610 mil hectáreas, el USDA proyecta una producción de alrededor de 1.5 millones de fardos para la campaña 2024/25.
Fortalecer desde la raíz: el secreto de la eficacia
La estrategia comienza bajo tierra. Investigaciones indican que la aplicación temprana de estos bioestimulantes fortalece el sistema radicular, generando raíces más profundas y vigorosas. Este efecto «cimienta» la planta, optimizando la absorción de agua y nutrientes y creando un colchón contra el estrés ambiental, lo que se traduce directamente en rendimiento y calidad de fibra.
En un contexto de variabilidad climática extrema, el alga actúa como un soporte fisiológico. «En regiones de altas temperaturas y escasez hídrica, favorece el equilibrio interno, activa mecanismos de defensa y ayuda a la retención de agua», explica Filho. Además, sus compuestos activan el sistema inmune natural de la planta, incrementando su resistencia a enfermedades y pudiendo reducir la dependencia de agroquímicos.
El beneficio se extiende al suelo. El estímulo de la actividad microbiana benéfica y la emisión de exudados radicales mejoran la disponibilidad de nutrientes. «Esto eleva la eficiencia de los fertilizantes, puede reducir costos y consolida esta tecnología como una aliada para el futuro del cultivo», concluye el especialista. Más allá de un producto, la Ascophyllum nodosum representa un enfoque que busca armonizar la productividad agrícola con los procesos biológicos.
