La petrolera estatal aprobó la venta de su 50% en Profertil y completó una operación de 1.200 mill/dol que deja a Adecoagro con 90% y a ACA con 10% de la mayor productora de fertilizantes del país.
(NAP) En una de las movidas empresariales más relevantes del agronegocio argentino en los últimos años, YPF confirmó la venta de su participación en Profertil, poniendo fin a una sociedad que mantenía desde hace décadas en la fábrica de fertilizantes más grande de Argentina.
Con esta decisión, la petrolera estatal se retira formalmente del negocio agroindustrial para concentrarse en su core energético y en la expansión de Vaca Muerta, un objetivo estratégico que la compañía reafirma en cada comunicación oficial. La operación se destrabó cuando el Directorio de YPF aprobó la oferta vinculante presentada por Adecoagro, que adquirirá el 50% que la estatal poseía en Profertil.
La semana pasada, Nutrien, el otro socio histórico, ya había vendido su mitad: un 80% quedó en manos de Adecoagro y el 20% en manos de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA). Con ambas transacciones cerradas, Profertil pasa a ser controlada en 90% por Adecoagro y 10% por ACA, consolidando un cambio de mando total en la empresa.
La operación es por US$ 1.200 millones por el total de la compañía, una valoración que refleja tanto la importancia estratégica de Profertil como su rol crítico dentro de la cadena agrícola argentina. La planta de Bahía Blanca produce alrededor de 1,3 millones de toneladas de urea y 790.000 toneladas de amoníaco al año, convirtiéndose en un insumo esencial para el sistema productivo local en un mercado donde la disponibilidad, el precio de la energía y la logística tienen un impacto directo en la competitividad del agro.
En el comunicado oficial, YPF remarcó que la venta forma parte de un proceso de “enfoque en negocios estratégicos”, lo que implica no solo la salida de Profertil sino también la decisión de desprenderse de YPF Agro, una de las unidades más emblemáticas dentro del vínculo histórico entre la empresa y el sector rural. La petrolera subrayó que esta reestructuración apunta a “generar valor para sus accionistas y fortalecer el desarrollo energético del país”, alineando su portafolio a la producción de combustibles, shale oil y proyectos de bioenergía.
Del lado comprador, Adecoagro viene de un año de fuertes transformaciones. La empresa, que opera más de 200.000 hectáreas en Argentina, Brasil y Uruguay y que combina agricultura, energía y producción láctea, recibió en 2025 un sacudón corporativo: el 70% de su capital fue adquirido por Tether, la gigante global del mundo cripto. Con este movimiento, una compañía de origen tecnológico pasa a ser indirectamente la principal propietaria de la mayor fábrica de fertilizantes del país, un dato que no pasa desapercibido en un sector acostumbrado a jugar con actores tradicionales del agro.
Por su parte, ACA refuerza su posición como uno de los actores más relevantes de la cadena agroindustrial. Con más de 100 cooperativas asociadas y un rol clave en la comercialización de granos e insumos, su participación en Profertil le otorga un lugar estratégico dentro del mercado de fertilizantes, uno de los segmentos más sensibles para la competitividad agrícola argentina.
El cierre de esta operación marca el final de una etapa y el inicio de otra para una industria que atraviesa un proceso de reconfiguración global. Mientras YPF se enfoca en la energía, Adecoagro y ACA apuestan a reforzar la producción local de fertilizantes, un insumo vital para sostener los niveles de productividad en un país cada vez más dependiente de la eficiencia agronómica y del abastecimiento industrial