jueves 13/11

Ganadería y alimentación global: un debate que requiere ciencia y no simplificaciones

Un reciente artículo técnico publicado en la revista Frisona Española analiza, con rigor científico, la relación entre la producción ganadera, el uso de tierras agrícolas y el aporte nutricional de los alimentos de origen animal. Frente a discursos que plantean que el ganado compite con el ser humano por recursos, la investigación ofrece datos que invitan a reconsiderar el debate.

En los últimos años se ha vuelto habitual encontrar en los medios de comunicación y en informes de diversas instituciones y organizaciones mensajes que promueven la reducción del consumo de alimentos de origen animal. Estos discursos asocian tal disminución con mejoras para la salud, la sostenibilidad ambiental y la disponibilidad de alimentos a nivel global.

Entre los argumentos más difundidos se encuentra la idea de que la ganadería ocupa una parte desproporcionada de las tierras agrícolas, que consume grandes volúmenes de cereales y soja que podrían destinarse a la alimentación humana, y que los rumiantes presentan una conversión alimentaria menos eficiente que la de otras especies productivas. A partir de estas afirmaciones, algunos plantean que la ganadería sería responsable de agravar el problema del hambre en el mundo.

Sin embargo, un artículo técnico publicado en la revista Frisona Española —el cual se inserta completo en esta nota— invita a revisar estas afirmaciones a la luz de la evidencia científica disponible. El trabajo, elaborado por investigadores del Instituto de Ganadería de Montaña (CSIC – Universidad de León) y de la Universidad de León, forma parte de la serie Ciencia vs Opinión y aborda cinco preguntas clave:

  • ¿Qué aportan realmente los alimentos de origen animal a la dieta humana?
  • ¿Se destinan realmente la mayoría de las tierras agrícolas a alimentar ganado?
  • ¿Cuánta parte de los cereales y oleaginosas se utiliza en alimentación animal?
  • ¿Son los rumiantes menos eficientes en la conversión de alimentos?
  • ¿Producimos suficiente alimento para alimentar a la población mundial?

Los autores muestran que los alimentos de origen animal aportan proteínas de alta calidad, ácidos grasos esenciales y micronutrientes que son difíciles de sustituir sin suplementación. Por otra parte, gran parte de las tierras utilizadas por la ganadería corresponden a pastizales que no son aptos para agricultura, y los rumiantes transforman recursos no comestibles por los humanos (forrajes, residuos y subproductos agroindustriales) en alimentos de alto valor nutricional.

El artículo también destaca que, en términos globales, la producción de alimentos es suficiente para abastecer a la población mundial. El problema del hambre radica en la desigualdad en el acceso y en el desperdicio alimentario —que representa alrededor del 14 % en la etapa poscosecha y del 17 % en el consumo—, más que en la producción ganadera.

Los autores concluyen que simplificar la discusión y reducirla a consignas puede llevar a interpretaciones erróneas y a decisiones poco adecuadas desde el punto de vista nutricional, socioeconómico y ambiental. Frente a esto, recomiendan fomentar el pensamiento crítico y recurrir a fuentes científicas confiables antes de adoptar cambios estructurales en los sistemas alimentarios.

ARTÍCULO TÉCNICO COMPLETO

Artículo técnico publicado por F.J. Giráldez, A. Martín, C. Blanco Fontao, M. Dehnavi, I. Mateos, M.J. Ranilla, S. Andrésen el número 268 de la revista Frisona Española, correspondiente a los meses de julio y agosto de 2025.

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