Mientras los inversores siguen en alerta ante cada cosa que ocurre, porque lo que está mandando es lo político, crece la ansiedad porque no llegan nuevas señales del secretario del Tesoro de EE.UU. sobre la ayuda para la Argentina. Por eso, la dolarización persiste y el Tesoro y el BCRA siguen perdiendo divisas. Los bonos y las acciones están sin fuerza. Y, en el mundo, también hay inquietud y el oro marca el ritmo con otro récord histórico, por primera vez arriba de US$ 4.000 por onza.
